Saturday, March 26, 2005

Uno.

No hay nada que decir, estas son mis noches sin tabaco: ásperas como los callos de un borracho. Mis noches de guardia (sin tabaco) llenas de desencantos y rostros imaginarios, fantasmas que me acompañan desde hace tanto... no hay descanso. Son mis noches sin tí, aunque nunca supe si alguna vez habías llegado. Y ahora ¿Dónde están tus manos?
Mi madre y mi padre se van esta noche, no hay humo ni navíos, ni partidas de trenes hacia rumbos lejanos.
En noches como esta podriamos sentarnos a mirarnos y no decir nada. Todo lo que podríamos haber hablado en un círculo encerramos. Ojos que no miran nada, manos frías sin tus manos, permanezcamos callados.